Nebot, puso el pecho y Correa, los fondos
El líder socialcristiano se anotó un triunfo en la revancha del pasado día 24.
Colocó en la avenida Nueva de Octubre y el Malecón 150.000 personas, recorrió diez cuadras escuchando vítores, se encaramó en una tarima y gritó.
Sus gritos fueron amplificados con una potencia de 240.000 vatios, 70.000 más que los empleados en el concierto de Soda Stereo, su imagen se multiplicó en pantallas gigantes, para que sea vista por un mar de gente vestida de celeste y blanco.
La guayabera empapada por la llovizna y el calor del trópico, el orador la sujetó con sus manos y dejó ver su pecho descubierto y manifestó: que sobre él llevaba el escudo de Guayaquil.
Antes, la televisión había mostrado decenas de miles de afiches de la misma imagen, de un pecho descubierto caricaturizada en el personaje Juan Pueblo, el símbolo del Municipio de Guayaquil y con una similar a la expresión de indignación y coraje.
Interpretado por los medios (ECUAVISA) como el momento de mayor emoción del discurso, el extracto fue reproducido en los espacios de noticias de esa misma noche y en los del día siguiente.
El alarde de fuerza del reclamo dejó perplejo al gobierno: Correa, dejó ver un rostro compungido en la ceremonia religiosa que recordaba que ha pasado un año de la muerte de la ministra Guadalupe Larriva; y, solamente, atinó a hacer referencias en el discurso a "los mismos de siempre".
Fueron sus subalternos, quienes intentaron minimizar la expresión masiva en Guayaquil y la concentración en la avenida de Los Zhiris de Quito. Quienes se mostraron antes como agoreros de situaciones del caos valoraban el orden y la alegría en la protesta, y en la Constituyente se aprestaban a organizar la recepción del promotor de la marcha, quien anunció que la próxima concentración masiva será en Monstecristi.
Un gobierno, que inició y se mantuvo en su primer año con un arrollador respaldo popular. Ahora, carente de referentes para construir un desarrollo equitativo para todos los ecuatorianos ha centrado su mirada en Guayaquil, ciudad en la que ha creado, generado y robustecido; con provocación, a una oposición que cuenta con ventajas locales y el profundo orgullo del guayaquileñismo, construido al fragor del inmenso río Guayas. El resto del país, perplejo, ante la puesta en evidencia que en el Ecuador solo cuenta una política de reparto entre los dos polos de desarrollo, Guayaquil y Quito. Y eso lo confirman las propagandas televisivas, en las que el gobierno insiste con las palabras del mismo Nebot "que cumple con Guayaquil" y su ministro Patiño, ha salido a explicar en los medios masivos las cifras entregadas al Cabildo guayaquileño.
Wilson Gárate 26 de enero de 2008.
sábado, 26 de enero de 2008
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