martes, 23 de diciembre de 2008

La desestabilización se fragua en el régimen

La desestabilización se fragua en el régimen

No hay mejor escusa para justificar gastos en armamentos que el anuncio de situaciones de desestabilización. Y, el anuncio, vino del interior del mismo gobierno.
Javier Ponce, irreconocible ministro de defensa, habla en los medios de sus sospechas de intentos de desestabilización y al interior de las Fuerzas Armadas. Pero, ese artilugio nadie se lo cree, ni él mismo.
Con la presunción de los fantasmas causantes de inestabilidad ha reconocido que en menos de dos años el gobierno de Rafael Correa ha colocado 631 millones de dólares en manos de los vendedores “legales” de armas. Las escusas para hacerlo empezaron con el bombardeo en Angostura, la rivera del río Putumayo que entonces era controlado por las FARC.
Siguió la modernización de la Fuerza Aérea, la reubicación de los depósitos y bodegas de armas y municiones, la construcción y mejoras en los destacamentos de frontera con Colombia. La defensa del territorio le ha costado ya al país 631 millones y con los rumores sobre los “intentos de desestabilización” surgidos en el interior del mismo gobierno se pretende justificar el destino de otros 580 millones de dólares hasta el año 2011.
Los que Javier Ponce no advierte y no compara, porque seguramente le da vergüenza es, por ejemplo, que este mismo gobierno temeroso de las situaciones de inestabilidad en el interior de las Fuerzas Armadas, institución a la que ha complacido por dos años, en dos años ha colocado 8 mil dólares, sí ocho mil dólares para la campaña Escuelas Saludables, un proyecto de medicina preventiva encaminado a educar en los cuidados básicos de salud en las escuelas de la provincia del Azuay.
Este mismo gobierno “socialista del siglo XXI, no compara que la inversión en el “avioncito” presidencial adquirido al contado, con plata de los ecuatorianos, fue de 40 millones de dólares, cinco veces más del presupuesto destinado para la campaña Escuelas Saludables.
Así que de seguir en esa línea de gasto e inversiones, con toda seguridad los intentos desestabilizadores los están fraguando ellos mismos, aquellos que tratan de “indeseables” a quienes mantienen posiciones contrarias.