miércoles, 16 de julio de 2008

Dos reclamos en los límites del absurdo

La carta, cargada de indignación, remitida por Correa a Ingrid Betancourt, y el reclamo de la CRI, por el uso de su símbolo en la operación de rescate.

La noticia era esperada por años y cuando se supo el pasado 2 de julio, casi no hubo quien no sintiera un respiro de alegría. Tanta fue la esperanza acumulada durante seis años, las peticiones, plegarias e invocaciones que abrigaron de poder volverla a ver, en el disfrute de su plena libertad, que las palabras de muchos se ahogaron en llantos.
Ingrid Betancourt fue rescatada de un cautiverio absurdo de seis años y con ella otras 14 personas, alguna llevaba más de diez años en la selva convertida en prisión por las fuerzas irregulares de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC. Una facción rebelde de varias que actúan en Colombia al amparo de una naturaleza pródiga que ha cubierto de mantos verdes las vastas regiones de inmenso país, que comparte esas características andinas, amazónicas y tropicales.

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