lunes, 2 de junio de 2008

Hablando de dudas, trivialidad y fobias en la red

Hablando de dudas, trivialidad y fobias en la red

Hay todavía quienes reaccionan ante lo desconocido con esas manifestaciones propias de los estadios instintivos.
Sólo así se explica que, algunas personas hayan desarrollado temores infundados a los medios electrónicos. Primero fue a la televisión, a la que los agoreros conductuales le atribuyeron poderes de generación de cambio sobre los seres humanos, y en particular de los niños.

No se puede negar, que los medios de comunicación influyen sobre las personas, pero atribuirles a esas relaciones que se establecen, entre el medio y los usuarios, condiciones deterministas, al extremo de la imitación y reproducción de comportamientos, es colocar el análisis en posiciones extremas.

Si, al final, lo que se teme es el desarrollo de conductas violentas, agresivas o aquellas permisividades sexuales, llamadas antes aberraciones o perversiones, y que las ciencia psicológicas han optado por dejar de catalogarlas anormales; es mejor cambiar el argumento, porque las “desviaciones” y la violencia existieron mucho antes del aparecimiento de los medios de comunicación.
Hoy, para aquellos agoreros del mal, el enemigo oculto es Internet y la oferta de entretenimiento contenida en la red (juegos de video, comunidades virtuales, vidas paralelas).

Esos cambios vertiginosos ofrecidos por la tecnología sorprenden a una comunidad habituada al sopor de la inmovilidad, consecuencia de la habitación en los guetos en que hemos convertido nuestros vecindarios, en espacios urbanos en donde no nos reconocemos ni conocemos a los próximos, en entornos amenazados por la inseguridad, la delincuencia, la contaminación y la soledad.

En esos escenarios, para los niños y también para quienes ya no lo son, las únicas ventanas abiertas ya no dan a las calles ni a las plazas, ni a los patios traseros con huerto y árboles; sino a la realidad virtual y la interacción que les ofrecen las redes virtuales, en donde están sus amigos, sus amores y, quizá estarán sus nuevas oportunidades.

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