Por una universidad libre de acoso
“Por una universidad libre de acoso” es el nombre de una campaña de difusión de derechos que fue lanzada el miércoles 11 de junio en la Universidad de Cuenca.
La campaña es una iniciativa del Aula de Recursos Humanos de la propia Universidad.
Elízabeth Bermeo, en la presentación de la campaña, que se hizo en el Aula Magna, dijo que era la “oportunidad del ejercicio del derecho, del derecho al miedo; a aquel derecho que sustituye la cultura del silencio por la de la palabra”.
“Sólo la denuncia nos ayudará”, se lee en las pancartas y banners, que fueron colocados por estudiantes voluntarios en todos los accesos a las facultades.
Dos testimonios presentados por jóvenes estudiantes, universitarias en el acto de presentación de la campaña, ubicó el acoso mucho más próximo y evidente dentro de la Casa de Estudios. En los dos casos, un mismo profesor al tomarles una lección les había hecho insinuaciones sexuales. En los dos casos esas insinuaciones se hicieron dentro del aula y en presencia de otras personas, aunque a una distancia que no pudieran escucharlas.
Las dos mujeres decidieron denunciar al profesor y apelaron a las organizaciones de derechos humanos y de mujeres, instancias que activan dentro de la Universidad.
Andrea Rivera, activista de una de las organizaciones de mujeres, manifestó que el acoso de profesores a estudiantes tenía antecedentes en la Universidad, pero que, a pesar de las denuncias, en ninguno de los casos denunciados había el acosador recibido sanción. Una única ocasión la sanción se había cumplido con un año de suspensión de labores docentes y luego el profesor retornó a la cátedra. Ahora, consideraba un logro de las organizaciones y el valor de las dos estudiantes que denunciaron los casos, el hecho ejemplarizador que concluyó con la separación definitiva del profesor.
Las autoridades universitarias se comprometieron en brindar todo el apoyo a las organizaciones de derechos humanos y en respaldar las denuncias, pues consideran que nunca más serán tolerados casos de acoso sexual dentro de la casa de estudios. Bolívar Ávila y Piedad Vásquez, activistas de derechos humanos, advirtieron que también se consideran como manifestaciones de acoso a los abusos, malos tratos y presiones laborales dentro de las instituciones en las cuales se encuentran establecidas relaciones de poder.
El lanzamiento de la campaña y los anuncios públicos, con pancartas, han molestado a algunos profesores y estudiantes que consideran, una exageración, el haber extendido un hecho aislado, que ya ha recibido sanción, al mostrarlo, públicamente, como un comportamiento generalizado.
El Aula de Derechos Humanos está ubicada en la Universidad de Cuenca, detrás el Teatro Carlos Cueva Tamaríz, Tlf: 2831-688-ext-225 auladdh@ucuenca.edu.ec
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1 comentario:
Estimado Wilson: muy interesante el tema. Más porque una práctica tan vieja como la Universidad misma, supera las fronteras del miedo y la vergüenza, y la muestra públicamente. Sin embargo, al implicar asuntos relacionados con el honor de las personas, debería ser tratado con pinzas. "El poder seduce", era una de las reflexiones de un compañero del oficio que, en un alto cargo, sentía casi a diario las miradas acosadoras de sus subordinadas.
¿Acoso? Sí, pero en los dos sentidos.
¿Que el cargo de profesor puede ser un arma para conseguir favores sexuales? Sí. Pero también el victimario puede ausmir el papel de víctima para tener a la presa allí, donde exactamente la quiere.
Creo que es un tema de extremo cuidado. En ambos sentidos.
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