lunes, 18 de agosto de 2008

Jeff se desvanece con la bandera

Jeff se desvanece con la bandera

La televisión indaga en la sensibilidad de los deportistas para incrementar sus audiencias.
A esa conclusión se puede llegar con la sola revisión de las reseñas que se presentan de la participación de los deportistas ecuatorianos en Beijin.
En las imágenes que más se muestran de Jéferson Pérez se reiteran aquellas escenas que muestran dolor, sus desvanecimientos en competencia, sus muestras de cansancio y, por fin su desmayo cobijado por la bandera nacional.
La insistencia en mostrar el dolor se extiende también a otros actores de Beijín. El brazo dislocado del levantador polaco se ha mostrado en todos los resúmenes y se ha colocado la imagen en los anuncios promocionales de las reseñas entre competencias. Un presentador de televisión se quejó porque los asistentes de la prueba colocaron banderines como barrera de protección entre las cámaras de televisión y el cuerpo del infortunado deportista que se quejaba de dolor.
Los reporteros de televisión no pierden oportunidad de poner en evidencia su interés por acudir a la estrategia de afectar la sensibilidad de los deportistas con el único propósito de llevarles al borde de las lágrimas. Es que para el programa Día Día, constituye ese recurso una obsesión. El domingo se miró y escuchó la insistencia del reportero con la levantadora Alexandra Escobar, quien abandonaba la competencia luego de caer en uno de los intentos por levantar pesos más allá de sus marcas habituales. Por tres veces el reportero le insiste en preguntas como: “abandonas triste la competencia, “tienes deseos de llorar”, “qué le vas a decir a tu hijito a quien le prometiste ganar”. Hasta que finalmente consigue lo que quiere: las lágrimas y el llanto de la deportista que el camarógrafo multiplica con un acercamiento de primer plano.
El espectáculo televisivo se completa con muestras de los estados emotivos más intensos tanto de deportistas como de presentadores de televisión quienes ahogan sus voces en muestras de emoción y llanto. Estados que el presentador, Vito Muñoz, interpreta como un estado en que su trabajo lo hace con el corazón y no con la cabeza. La pregunta es que si en algún momento los presentadores se preguntan cuándo su trabajo responde a una reflexión meditada y sensata y cuánto del trabajo real que muestran obedece al sólo interés por ganar audiencias y a cualquier costo, hasta de la sensibilidad de los protagonistas y sus públicos.

También puede ser leido en: http://lineaurbana.es.tl/Jeef-se-desvanece%2Cla-TV-lo-muestra.htm

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