Un año de campaña es la única previsión posible
Qué le deparan los astros al Ecuador. Solamente es previsible, que el 2009 será un nuevo año de campaña política.
Aunque la promoción de imagen nunca cesó tras las elecciones presidenciales de hace dos años ahora tomará el giro de la demagogia extrema. El primer indicador de ese comportamiento calculador fue el retiro ayer de la propuesta gubernamental de regular la asistencia del Estado a una posible crisis del sistema financiero de la banca privada.
De tanto hablar de intentos de desestabilización y de chantajes de la “banca usurera”; la gente se lo creyó y empezó a retirar su dinero de los bancos. La reacción es comprensible tras el espanto que provoca la difusión informativa de la crisis del sistema financiero global. El presidente ha tenido que dar pie atrás y retirar su propuesta; así como garantizar que 450 millones de dólares serán el respaldo para el sistema financiero privado, en caso de retiros masivos pongan, literalmente, en bancarrota al sistema financiero.
Asegurados los bancos volvieron las sonrisas, los abrazos y besos a los periodistas, a través de ellos a los medios que han antagonizados; fotografías con los niños y algunas bromas de fin de año, entre otras la de ser quemado con cariño.
Las largas colas en los patios de matriculación vehicular, los bombardeos en la frontera entre Israel y Palestina, los anuncios agoreros de los prestidigitadores, y, claro, dos largos feriados de Navidad y Fin de Año, han contribuido para desviar la atención de la crisis financiera, y, sobre todo, el de preparar el terreno para el inicio de la campaña electoral que mantendrá obnubilados a los ecuatorianos hasta abril.
Los banqueros podrán respirar con tranquilidad el primer trimestre del 2009, y con ellos su antagonista el político en campaña. Los ecuatorianos seguirán escuchando que la esperanza de cambio ya es de todos y que esté cambio, que se ha anunciado desde hace dos años, está próximo. Tan próximo como las elecciones de abril, las lluvias de mayo; ojalá que los vientos de agosto se encarguen de despejar las nubes de ceniza que arroja el Tungurahua, que como cortina de humo ahora impiden que los ecuatorianos puedan apreciar mejor una realidad engañosa construida con deliberada demagogia política. De esa que es capaz de invertir 631 millones de dólares en la compra de armas, 40 millones de dólares en un “avioncito” presidencial; pero descuida el rancho de una tropa que ha empezado a expresar su descontento.
martes, 30 de diciembre de 2008
martes, 23 de diciembre de 2008
La desestabilización se fragua en el régimen
La desestabilización se fragua en el régimen
No hay mejor escusa para justificar gastos en armamentos que el anuncio de situaciones de desestabilización. Y, el anuncio, vino del interior del mismo gobierno.
Javier Ponce, irreconocible ministro de defensa, habla en los medios de sus sospechas de intentos de desestabilización y al interior de las Fuerzas Armadas. Pero, ese artilugio nadie se lo cree, ni él mismo.
Con la presunción de los fantasmas causantes de inestabilidad ha reconocido que en menos de dos años el gobierno de Rafael Correa ha colocado 631 millones de dólares en manos de los vendedores “legales” de armas. Las escusas para hacerlo empezaron con el bombardeo en Angostura, la rivera del río Putumayo que entonces era controlado por las FARC.
Siguió la modernización de la Fuerza Aérea, la reubicación de los depósitos y bodegas de armas y municiones, la construcción y mejoras en los destacamentos de frontera con Colombia. La defensa del territorio le ha costado ya al país 631 millones y con los rumores sobre los “intentos de desestabilización” surgidos en el interior del mismo gobierno se pretende justificar el destino de otros 580 millones de dólares hasta el año 2011.
Los que Javier Ponce no advierte y no compara, porque seguramente le da vergüenza es, por ejemplo, que este mismo gobierno temeroso de las situaciones de inestabilidad en el interior de las Fuerzas Armadas, institución a la que ha complacido por dos años, en dos años ha colocado 8 mil dólares, sí ocho mil dólares para la campaña Escuelas Saludables, un proyecto de medicina preventiva encaminado a educar en los cuidados básicos de salud en las escuelas de la provincia del Azuay.
Este mismo gobierno “socialista del siglo XXI, no compara que la inversión en el “avioncito” presidencial adquirido al contado, con plata de los ecuatorianos, fue de 40 millones de dólares, cinco veces más del presupuesto destinado para la campaña Escuelas Saludables.
Así que de seguir en esa línea de gasto e inversiones, con toda seguridad los intentos desestabilizadores los están fraguando ellos mismos, aquellos que tratan de “indeseables” a quienes mantienen posiciones contrarias.
No hay mejor escusa para justificar gastos en armamentos que el anuncio de situaciones de desestabilización. Y, el anuncio, vino del interior del mismo gobierno.
Javier Ponce, irreconocible ministro de defensa, habla en los medios de sus sospechas de intentos de desestabilización y al interior de las Fuerzas Armadas. Pero, ese artilugio nadie se lo cree, ni él mismo.
Con la presunción de los fantasmas causantes de inestabilidad ha reconocido que en menos de dos años el gobierno de Rafael Correa ha colocado 631 millones de dólares en manos de los vendedores “legales” de armas. Las escusas para hacerlo empezaron con el bombardeo en Angostura, la rivera del río Putumayo que entonces era controlado por las FARC.
Siguió la modernización de la Fuerza Aérea, la reubicación de los depósitos y bodegas de armas y municiones, la construcción y mejoras en los destacamentos de frontera con Colombia. La defensa del territorio le ha costado ya al país 631 millones y con los rumores sobre los “intentos de desestabilización” surgidos en el interior del mismo gobierno se pretende justificar el destino de otros 580 millones de dólares hasta el año 2011.
Los que Javier Ponce no advierte y no compara, porque seguramente le da vergüenza es, por ejemplo, que este mismo gobierno temeroso de las situaciones de inestabilidad en el interior de las Fuerzas Armadas, institución a la que ha complacido por dos años, en dos años ha colocado 8 mil dólares, sí ocho mil dólares para la campaña Escuelas Saludables, un proyecto de medicina preventiva encaminado a educar en los cuidados básicos de salud en las escuelas de la provincia del Azuay.
Este mismo gobierno “socialista del siglo XXI, no compara que la inversión en el “avioncito” presidencial adquirido al contado, con plata de los ecuatorianos, fue de 40 millones de dólares, cinco veces más del presupuesto destinado para la campaña Escuelas Saludables.
Así que de seguir en esa línea de gasto e inversiones, con toda seguridad los intentos desestabilizadores los están fraguando ellos mismos, aquellos que tratan de “indeseables” a quienes mantienen posiciones contrarias.
domingo, 21 de diciembre de 2008
Una película hecha de retazos
Una película hecha de retazos
Retazos de vida, es una película que hace honor a una serie de carencias que se intentan cubrir con localizaciones espléndidas de una ciudad en la que un proyecto de administración municipal hizo que sus habitantes recuperaron su estima, Guayaquil.
El filme con guión de Viviana Cordero, tiene esa característica de pequeñas historias urbanas, en la cual sus protagonistas viven en el límite de la superficialidad de sus emociones y con una velocidad, literalmente comparada con el tráfico en las avenidas, los sonidos y las luces de los centros nocturnos.
La realidad se muestra, de manera deliberada, en contrastes, pero en aquellos contrastes que no necesariamente son la norma, sino la excepción: personajes de aquel mundo de las frivolidades de la moda, el espectáculo y el entretenimiento; atormentados por afectos y orígenes indefinidos; en contraste con niños de la calle convertidos en arlequines de esquina y sonrientes objetos decorativos de los pasos a desnivel.
Quizá la mayor debilidad del guión es el describir fenómenos como el migratorio o el de los reclamos sociales por crisis financieras en un marco de manifestaciones folklóricas y casi comedias melodramáticas extraídas de aquellas estereotipadas historias de vida que son mediatizadas sin ningún rigor investigativo, pero si con un propósito puramente sensacionalista.
Retazos de vida se completa con episodios que no son otra cosa que adaptaciones de buenas ideas ya aprovechadas en otros filmes: el romance de la abuela (American Beauty, de Sam Mendes) y su desenlace trágico con el típico estilo de imitación del realismo mágico (Guantanamera, de Tomás Gutiérrez Alea), aunque se echa a perder con la carga humorística en la que comprometen la actuación de Erika Vélez; la actitud de la hermanita gorda y su aparición en su debut un clarísimo plagio de la película “Miss sunshine, de Valerie Faris”. Sólo para mencionar tres de los evidentes usos de secuencias completas, que colocan al filme fuera de cualquier intención o propuesta auténticamente creativa.
Sin embargo, a favor de la película, hay que mencionar la limpieza en la realización, cuidado en varias de las actuaciones y la producción que se sustenta de manera adecuada en la Municipalidad de Guayaquil y las empresas privadas.
El manejo del erotismo en la película requiere, en realidad, solamente buen manejo de imágenes: Erika Vélez, Ricardo Blume y María Teresa Guerrero lucen espectaculares. La frivolidad acompaña a Vélez en cada aparición, aunque su actuación se desmejora en los diálogos y escenas sentimentales. Claro, la actuación, en general, es compensada con la experiencia de Cristhian Bach y el elenco de actores ecuatorianos como Héctor Garzón, Azucena Mora.
Retazos de Vida, de William Levy, es una película que hay que mirarla como la proyección que puede conseguir un cine ecuatoriano que se atreve, se busca y se encuentra dentro de los maravillosos espacios y escenarios naturales propios de locaciones cinematográficas.
Retazos de vida, es una película que hace honor a una serie de carencias que se intentan cubrir con localizaciones espléndidas de una ciudad en la que un proyecto de administración municipal hizo que sus habitantes recuperaron su estima, Guayaquil.
El filme con guión de Viviana Cordero, tiene esa característica de pequeñas historias urbanas, en la cual sus protagonistas viven en el límite de la superficialidad de sus emociones y con una velocidad, literalmente comparada con el tráfico en las avenidas, los sonidos y las luces de los centros nocturnos.
La realidad se muestra, de manera deliberada, en contrastes, pero en aquellos contrastes que no necesariamente son la norma, sino la excepción: personajes de aquel mundo de las frivolidades de la moda, el espectáculo y el entretenimiento; atormentados por afectos y orígenes indefinidos; en contraste con niños de la calle convertidos en arlequines de esquina y sonrientes objetos decorativos de los pasos a desnivel.
Quizá la mayor debilidad del guión es el describir fenómenos como el migratorio o el de los reclamos sociales por crisis financieras en un marco de manifestaciones folklóricas y casi comedias melodramáticas extraídas de aquellas estereotipadas historias de vida que son mediatizadas sin ningún rigor investigativo, pero si con un propósito puramente sensacionalista.
Retazos de vida se completa con episodios que no son otra cosa que adaptaciones de buenas ideas ya aprovechadas en otros filmes: el romance de la abuela (American Beauty, de Sam Mendes) y su desenlace trágico con el típico estilo de imitación del realismo mágico (Guantanamera, de Tomás Gutiérrez Alea), aunque se echa a perder con la carga humorística en la que comprometen la actuación de Erika Vélez; la actitud de la hermanita gorda y su aparición en su debut un clarísimo plagio de la película “Miss sunshine, de Valerie Faris”. Sólo para mencionar tres de los evidentes usos de secuencias completas, que colocan al filme fuera de cualquier intención o propuesta auténticamente creativa.
Sin embargo, a favor de la película, hay que mencionar la limpieza en la realización, cuidado en varias de las actuaciones y la producción que se sustenta de manera adecuada en la Municipalidad de Guayaquil y las empresas privadas.
El manejo del erotismo en la película requiere, en realidad, solamente buen manejo de imágenes: Erika Vélez, Ricardo Blume y María Teresa Guerrero lucen espectaculares. La frivolidad acompaña a Vélez en cada aparición, aunque su actuación se desmejora en los diálogos y escenas sentimentales. Claro, la actuación, en general, es compensada con la experiencia de Cristhian Bach y el elenco de actores ecuatorianos como Héctor Garzón, Azucena Mora.
Retazos de Vida, de William Levy, es una película que hay que mirarla como la proyección que puede conseguir un cine ecuatoriano que se atreve, se busca y se encuentra dentro de los maravillosos espacios y escenarios naturales propios de locaciones cinematográficas.
lunes, 15 de diciembre de 2008
Es la política la que está de luto
Es la política la que está de luto
El dueño del país a muerto y la política se ha vestido de luto.
El primero en representar el duelo ha sido el gobierno, que tras la cadena del pasado sábado dio un giro a la actitud mantenida durante más de dos años. Rafael Correa suavizó su lenguaje, cosa inusual en él, para hablar de León Febres Cordero como el político, al que ha definido como frontal.
Un día antes, del sábado la madre de Rafael Correa y su hijo Fabricio visitaron la clínica en la que no convalecía Febres Cordero, como su sobrino médico aseguraba a los medios en los últimos días, sino que agonizaba.
Se moría el “Dueño del País”, y eso lo sabían sus próximos y con ellos los políticos, todos, incluido un mandatario que en su ya larga campaña de imagen, si algo ha aprendido es a moderar su lenguaje y a adaptarlo para cada ocasión, y esta, claro, así lo exige: las condiciones políticas en el país no están para aventurarse con la apertura de nuevos frentes de oposición y menos en Guayaquil; en donde la corriente socialcristiana, finalmente se fortaleció en el último proceso electoral y, quien sabe, se volverá invencible en las elecciones de abril. Eso lo saben muy bien quienes asesoran al régimen, en eso se llama cálculos políticos.
“Nada es gratuito en política ni son ingenuos sus movimientos”, repetía mi profesor de Ciencias Políticas para advertir que absolutamente todas son estrategias deliberadas y ejecutadas al detalle. Como aquellas que hemos visto en los medios y con asombro: el tono de luto en las cadenas de televisión; en el decreto presidencial mediante el cual se ordenan homenajes póstumos solemnes para el ex mandatario; ministros vestidos de duelo, largos reportajes sobre la vida y obra de Febres Cordero y de aquellos episodios que marcaron su vida, gobierno y toda actividad pública. Hasta compungidos presentadores de televisión que otrora se mostraban profundamente antagonistas de aquellos pasajes cruentos y actitudes arrogantes de un político intolerante y envanecido por el poder que le rodeaba y representaba.
Hasta donde puede llevar el cálculo político cuando la muerte, lejos de poner fin a una dinastía de oprobio y afrenta a los derechos humanos; la convierte en solemnidad magnánima y en esa generosidad diplomática se echa tierra sobre el muerto y con ella, literalmente, se sepulta y se exculpa.
Así las cosas, la Comisión de la Verdad, que indaga los crímenes y atentados a los derechos humanos, que se atribuyen a lo que fue el régimen de Febres Cordero, hará un alto hasta que retorne una ocasión propicia y los cálculos políticos les adviertan que es el momento de desenterrar los casos.
El dueño del país a muerto y la política se ha vestido de luto.
El primero en representar el duelo ha sido el gobierno, que tras la cadena del pasado sábado dio un giro a la actitud mantenida durante más de dos años. Rafael Correa suavizó su lenguaje, cosa inusual en él, para hablar de León Febres Cordero como el político, al que ha definido como frontal.
Un día antes, del sábado la madre de Rafael Correa y su hijo Fabricio visitaron la clínica en la que no convalecía Febres Cordero, como su sobrino médico aseguraba a los medios en los últimos días, sino que agonizaba.
Se moría el “Dueño del País”, y eso lo sabían sus próximos y con ellos los políticos, todos, incluido un mandatario que en su ya larga campaña de imagen, si algo ha aprendido es a moderar su lenguaje y a adaptarlo para cada ocasión, y esta, claro, así lo exige: las condiciones políticas en el país no están para aventurarse con la apertura de nuevos frentes de oposición y menos en Guayaquil; en donde la corriente socialcristiana, finalmente se fortaleció en el último proceso electoral y, quien sabe, se volverá invencible en las elecciones de abril. Eso lo saben muy bien quienes asesoran al régimen, en eso se llama cálculos políticos.
“Nada es gratuito en política ni son ingenuos sus movimientos”, repetía mi profesor de Ciencias Políticas para advertir que absolutamente todas son estrategias deliberadas y ejecutadas al detalle. Como aquellas que hemos visto en los medios y con asombro: el tono de luto en las cadenas de televisión; en el decreto presidencial mediante el cual se ordenan homenajes póstumos solemnes para el ex mandatario; ministros vestidos de duelo, largos reportajes sobre la vida y obra de Febres Cordero y de aquellos episodios que marcaron su vida, gobierno y toda actividad pública. Hasta compungidos presentadores de televisión que otrora se mostraban profundamente antagonistas de aquellos pasajes cruentos y actitudes arrogantes de un político intolerante y envanecido por el poder que le rodeaba y representaba.
Hasta donde puede llevar el cálculo político cuando la muerte, lejos de poner fin a una dinastía de oprobio y afrenta a los derechos humanos; la convierte en solemnidad magnánima y en esa generosidad diplomática se echa tierra sobre el muerto y con ella, literalmente, se sepulta y se exculpa.
Así las cosas, la Comisión de la Verdad, que indaga los crímenes y atentados a los derechos humanos, que se atribuyen a lo que fue el régimen de Febres Cordero, hará un alto hasta que retorne una ocasión propicia y los cálculos políticos les adviertan que es el momento de desenterrar los casos.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
AU D se encadena a Canal Uno por su dignidad
AU D se encadena a Canal Uno por su dignidad
La escena no podía ser más patética. El cantante AU D (Martín Galarza) se encadena a las puertas de un canal de televisión como una manifestación de rechazo a los programas sensacionalistas que irrumpieron en su vida privada, hicieron pública su intimidad y hasta inventaron y exageraron algunas historias que solamente ocurrieron en la imaginación de reporteros de farándula.
Patética también fue la reacción de los programas de escándalo que acudieron a la cita e hicieron transmisiones en vivo desde el mismo lugar en el cual el cantante había escogido para exponer su inconformidad y su impotencia.
Franqueado por los mismos reporteros quienes responsabilizaba de haber manchado su nombre, su trayectoria; de haber destruido su hogar, inventado historias inexistentes y extendido sus vilezas a su familia; AU D, declaraba a periodistas e televisión los motivos de su protesta.
La transmisión en vivo colocó a los presentadores de ridículo amarillista en situación de paladines de las libertades, en particular de la expresión. Alguien que funge de abogado del diablo, aseguraba que desde el mismo momento en que el cantante es figura pública se asumía perdidos sus derechos a la privacidad y al buen nombre. Y otra no menos justiciera de las libertades expuestas en la exhibición de sus voluptuosidades recomendaba al artista cambiar de profesión si pretendía no ser objeto del escándalo público.
Los esfuerzos del cantante en este acto en defensa de su dignidad eran mostrados como elementos en su contra. Sin duda los programas sensacionalistas ampliaron sus indicadores de sintonía y mantendrán el tema en sus siguientes exhibiciones del irrespeto a los valores.
Claro, no faltarán nuevamente quienes justifiquen el escarnio al que son sometidas las víctimas de turno de semejante programación truculenta, hedonista y miserable. Y lo harán alegando a los principios de las libertades. Sin alcanzar a dimensionar que la libertad es un valor supremo, ideal, pero de convivencia y respeto por el otro. Y no un instrumento de vejación en unos medios que en su mediocridad solamente atinan a la afrenta.
La escena no podía ser más patética. El cantante AU D (Martín Galarza) se encadena a las puertas de un canal de televisión como una manifestación de rechazo a los programas sensacionalistas que irrumpieron en su vida privada, hicieron pública su intimidad y hasta inventaron y exageraron algunas historias que solamente ocurrieron en la imaginación de reporteros de farándula.
Patética también fue la reacción de los programas de escándalo que acudieron a la cita e hicieron transmisiones en vivo desde el mismo lugar en el cual el cantante había escogido para exponer su inconformidad y su impotencia.
Franqueado por los mismos reporteros quienes responsabilizaba de haber manchado su nombre, su trayectoria; de haber destruido su hogar, inventado historias inexistentes y extendido sus vilezas a su familia; AU D, declaraba a periodistas e televisión los motivos de su protesta.
La transmisión en vivo colocó a los presentadores de ridículo amarillista en situación de paladines de las libertades, en particular de la expresión. Alguien que funge de abogado del diablo, aseguraba que desde el mismo momento en que el cantante es figura pública se asumía perdidos sus derechos a la privacidad y al buen nombre. Y otra no menos justiciera de las libertades expuestas en la exhibición de sus voluptuosidades recomendaba al artista cambiar de profesión si pretendía no ser objeto del escándalo público.
Los esfuerzos del cantante en este acto en defensa de su dignidad eran mostrados como elementos en su contra. Sin duda los programas sensacionalistas ampliaron sus indicadores de sintonía y mantendrán el tema en sus siguientes exhibiciones del irrespeto a los valores.
Claro, no faltarán nuevamente quienes justifiquen el escarnio al que son sometidas las víctimas de turno de semejante programación truculenta, hedonista y miserable. Y lo harán alegando a los principios de las libertades. Sin alcanzar a dimensionar que la libertad es un valor supremo, ideal, pero de convivencia y respeto por el otro. Y no un instrumento de vejación en unos medios que en su mediocridad solamente atinan a la afrenta.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
Mirar los medios desde las audiencias
Mirar los medios desde las audiencias
La profesora Nilda Jacks es una investigadora gaucha, del estado Río Grande del Sur, una región con diferencias que está ubicado al sur este de ese inmenso país que es Brasil. Llegó a Cuenca invitada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO para dictara un grupo de aspirantes a investigadores sobre un tema que le apasiona desde 1995, los estudios de recepción.
Eso de los estudios de recepción, en lenguaje familiar, es una posición ideológica asumida por los analistas de medios para ver la problemática mediática, pero al revés.
La inversión del sentido lógico, natural del mensaje desde un emisor, que tiene algo que decir, hacia un receptor que escucha tenía por casi medio siglo atrapados a los investigadores caminando en una sola dirección, la lineal e impositiva de los medios masivos sobre sus audiencias.
Lo que, Jacks propone es invertir la mirada de reflexión desde el otro lado, desde los destinarios del mensaje y para eso el investigador debe adoptar una posición ideológica, porque la reversión del campo investigativo le coloca del lado de una realidad que ha permanecido ignorada por un modelo investigativo cegado por el empirismo positivista y cuantitativo.
Las mediciones de audiencias respondían a una lógica mercantilista de efectos esperados e interesados por la fuerza de los estudios de mercado. La nueva metodología exige mayor dedicación en la formación, tiempo y compromiso. La responsabilidad implica aguzar la observación y el análisis a las sutiles manifestaciones de la interpretación que las audiencias realizan de los mensajes de los medios masivos en sus vidas cotidianas y las relaciones que se establecen con sus entornos inmediatos familiares y los que permiten las nuevas tecnologías.
El primer resultado obtenido desde esta perspectiva interpretativa de investigación es lapidario: Las tecnologías configuran la sensibilidad y la percepción de las personas. Esto que ha sido confirmado por los investigadores no debe ser interpretado como dependencia del ser humano de la máquina, por el contrario debe ser adoptado como fortaleza; porque a partir de la interpretación que las audiencias hacen de los mensajes de los medios se pueden establecer las alternativas, revisiones y cambios en la programación de los medios. Y Esto solo será posible cuando la posición ideológica requerida para el nuevo método de reflexión se convierta en herramienta para la organización de las audiencias y para establecer las propuestas de cambio. Para mencionar sólo dos de las proyecciones que deben contemplar el planteamiento de una investigación responsable.
La profesora Nilda Jacks es una investigadora gaucha, del estado Río Grande del Sur, una región con diferencias que está ubicado al sur este de ese inmenso país que es Brasil. Llegó a Cuenca invitada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO para dictara un grupo de aspirantes a investigadores sobre un tema que le apasiona desde 1995, los estudios de recepción.
Eso de los estudios de recepción, en lenguaje familiar, es una posición ideológica asumida por los analistas de medios para ver la problemática mediática, pero al revés.
La inversión del sentido lógico, natural del mensaje desde un emisor, que tiene algo que decir, hacia un receptor que escucha tenía por casi medio siglo atrapados a los investigadores caminando en una sola dirección, la lineal e impositiva de los medios masivos sobre sus audiencias.
Lo que, Jacks propone es invertir la mirada de reflexión desde el otro lado, desde los destinarios del mensaje y para eso el investigador debe adoptar una posición ideológica, porque la reversión del campo investigativo le coloca del lado de una realidad que ha permanecido ignorada por un modelo investigativo cegado por el empirismo positivista y cuantitativo.
Las mediciones de audiencias respondían a una lógica mercantilista de efectos esperados e interesados por la fuerza de los estudios de mercado. La nueva metodología exige mayor dedicación en la formación, tiempo y compromiso. La responsabilidad implica aguzar la observación y el análisis a las sutiles manifestaciones de la interpretación que las audiencias realizan de los mensajes de los medios masivos en sus vidas cotidianas y las relaciones que se establecen con sus entornos inmediatos familiares y los que permiten las nuevas tecnologías.
El primer resultado obtenido desde esta perspectiva interpretativa de investigación es lapidario: Las tecnologías configuran la sensibilidad y la percepción de las personas. Esto que ha sido confirmado por los investigadores no debe ser interpretado como dependencia del ser humano de la máquina, por el contrario debe ser adoptado como fortaleza; porque a partir de la interpretación que las audiencias hacen de los mensajes de los medios se pueden establecer las alternativas, revisiones y cambios en la programación de los medios. Y Esto solo será posible cuando la posición ideológica requerida para el nuevo método de reflexión se convierta en herramienta para la organización de las audiencias y para establecer las propuestas de cambio. Para mencionar sólo dos de las proyecciones que deben contemplar el planteamiento de una investigación responsable.
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